Palabra Viviente de Sion

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Apóstol y Pastor Luis A. Serna - Pastora y Profeta: Connie Serna

Friday, July 8, 2016

¿Por qué satanás odia tanto al matrimonio? I Parte



¿Por qué satanás odia tanto al matrimonio? 
I Parte
Desde el Génesis hasta el Apocalipsis, la Biblia, está lleno de ejemplos matrimoniales, que representan la relación del pacto de Dios con su pueblo. En el Antiguo Testamento fue Israel, en el Nuevo Testamento es su Iglesia Santa y sin arrugas de acuerdo como Jesús quiere encontrar a su Esposa la Iglesia.  
La Biblia se puede resumir en cinco palabras: "Dios quiere casarse con nosotros." Dios no necesitaba crear al hombre sino que lo hizo por su inmenso amor. Sólo Dios puede crear de la nada. Dios es un Ser Creador, que Crea con el fruto de sus Palabras, con sus manos. En las manos de Dios nuestro alfarero es en donde debe estar siempre la vida de todo hombre o mujer que de verdad se dice ser creyente. Cristianos o no, el ser humano necesita vivir según los fundamentos establecidos por su creador el cual sin lugar a dudas sabe lo que más conviene a sus hijos, como individuo al nivel personal o como pareja al nivel matrimonial (los hombres y mujeres de fe). ¿Cómo podrá perseguir uno a mil? ¿Cómo harán huir dos a diez mil, si su Roca no los hubiera vendido, si el Señor no los hubiera entregado? 
Deuteronomio 32:30. (RVA - 2015)
El matrimonio trabaja a niveles espirituales en el área de la multiplicación, siempre y cuando estén estables, este versículo habla de Dios como la Roca con una descripción maravillosa.  La enseñanza es que Dios es estable, firme, inconmovible.  La estabilidad, y el milagro dependen de la relación que se tenga con la Roca que es Dios.  Y si Dios dice que dos pueden hacer huir a diez mil es porque esto puede suceder y nosotros debemos de creerlo.  La mente humana dice que un solo hombre no puede vencer a mil o a diez mil con la ayuda de un solo compañero, a menos que Dios como la Roca, lo ayude.
Volviendo a satanás el “adversario” este no puede crear así como decía mi pastor sino que lo único que puede hacer es copiar y corromper lo creado o en otras palabras retorcer el "barro" que Dios ya había creado ahora lo único que puede hacer es distorsionar el verdadero significado de su completa creación, como hizo en el Edén al poner duda, conflicto, caos y tentación.
Hoy, vamos a ver algunos conceptos de porque satanás odia tanto el matrimonio y como la creación del primer matrimonio y el propósito Soberano de Dios respaldando su completa creación tiene que ver con todo el amor inquebrantable de Dios para su creación al inicio,  luego después de Abraham fue su pueblo, y por último fue su Iglesia. Satanás ataca los matrimonios para retorcer, corromper, destruir la belleza del pacto entre el esposo y la esposa para estropear la imagen del amor de Dios para con nosotros, para destruir ese símbolo de representación de Dios en la tierra cuando Dios formo el primer matrimonio. Juan 10:10 dice que: El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. 11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor pone su vida por las ovejas. (RVA - 2015)
Si satanás puede destruir el matrimonio, destruye un ministerio de un Dios de amor que está en una relación de pacto irrompible e incorruptible  para con nosotros. Dios estableció un pacto con el hombre hecho por Él a su semejanza. Dios le dio a la vez las palabras de bendición y las de advertencia. Si obedecía, Dios lo bendeciría; pero si desobedecía, lo castigaría. Adán, tentado por satanás, escogió quebrantar el mandamiento. ¿En qué consistió la tentación hecha por Satanás y cómo cayó Adán? La astuta tentación de satanás, el adversario era un ángel querubín en el cielo, pero desobedeció, se rebeló contra Dios, y fue expulsado de allí. Al ver que Adán y Eva estaban disfrutando de comunión y compañerismo con Dios, Satanás tentó a Eva por medio de la serpiente con la intención de separar a la primera pareja humana de Dios. Hay dos razones por las cuales satanás tentó a Eva en vez de hacerlo con Adán. En primer lugar, Eva no había escuchado directamente de Dios el mandamiento de no comer del fruto prohibido. Dios, directa y firmemente le había dicho a Adán: De todo árbol del huerto podrás comer; más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás. Génesis 2: 17 Eva supo indirectamente este mandamiento, por lo cual le resultó más fácil dudar de lo que Dios había dicho. Lo mismo sucede en nuestra vida de fe. Si una persona no tiene una experiencia directa con Dios, sino que asiste de mala gana a la iglesia por la presión de su familia o de los vecinos, al igual que Eva, sucumbirá fácilmente a la tentación de satanás. En segundo lugar, Eva había conquistado el corazón de Adán. La narración nos dice que satanás se acercó y sedujo a Eva, a quien Adán amaba más que a nadie. Hoy, satanás nos sigue tentando con astucia para que pequemos, utilizando a los que más amamos o a las cosas que más nos interesan. Para Dios fue un grave pecado que el hombre hablara con Satanás sobre el mandamiento terminante que le había dado de no comer del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal. La autoridad absoluta de Dios nunca debe ser objeto de discusión por parte del hombre. En lo que se refiere a nuestra fe, no hay lugar para la impugnación de parte nuestra. Ante Dios hay sólo absoluta obediencia o absoluta desobediencia a cualquiera de sus mandamientos. Pero Satanás hizo surgir tres dudas en Eva. La primera fue la duda en cuanto a la bondad de Dios. Satanás dijo: … serán abiertos vuestros ojos. Esto hizo pensar a Eva que Dios les estaba ocultando algo mejor. Entonces surgió la insatisfacción en la mente de Eva y eso la llevó a desobedecer a Dios. En segundo lugar, Satanás hizo que Eva dudara de la veracidad de Dios: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? (Génesis 3: 1). Satanás torció la palabra de Dios al decir: No moriréis, ya que Dios había dicho claramente: Ciertamente moriréis. En tercer lugar, Satanás sembró dudas en Eva acerca de la santidad de Dios. Le hizo pensar a Eva que Dios había prohibido el fruto por celos de que el hombre fuera como Dios si comía el fruto. Después de que estas dudas surgieron en el corazón de Eva por la tentación de Satanás, el fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal (símbolo de la autoridad absoluta de Dios), comenzó a ser objeto de deseo a sus ojos. A partir de ese momento de duda, el fruto comenzó a parecerle muy apetitoso, con mucho deleite para los ojos, y también muy deseable para adquirir sabiduría. El corazón de Eva había estado antes lleno de obediencia, fe, sentido, orden y armonía. Pero cuando la duda penetró su corazón, comenzó a ver al fruto como objeto de los deseos de la carne, de los deseos de los ojos y de la vanagloria de la vida (1 Juan 2: 16). Por último, Eva tocó el fruto, lo arrancó y lo comió, perdiendo así la bendición de la obediencia. Ese mismo Satanás, que tan disimuladamente engañó a Eva, es quien hoy nos tienta al decirnos al oído: “¿En realidad Dios dijo tal cosa?” Cuando Satanás se acerca tan tranquilamente y nos hace la misma pregunta, reconozcamos lo que él es. Atémoslo en el nombre de Jesús y resguardemos nuestra alma al crucificar nuestros deseos carnales.
Volviendo al Génesis donde todo empezó: “En el principio, Dios creó los cielos y la tierra” (Génesis 1: 1). Después de crear todas las cosas por medio de su Palabra, Dios creó también a los seres humanos para que se encargaran de todo lo creado en la tierra. Los evolucionistas niegan la idea de la creación, pero nadie presta ya atención a ese engaño de la teoría de la evolución. “Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa Romanos 1: 20” ¿Por qué creó Dios todas las cosas? ¿Cuál fue el propósito de su creación? El propósito de Dios al crear todas las cosas, nuestro Dios El Creador es un Dios Planeador, toda su Creación fue diseñada y planeada con un propósito y el orden en el cual fue creada también tiene un propósito ese es nuestro Dios. En primer lugar, Dios creó todas las cosas para el disfrute del hombre. Esto se observa con claridad si vemos el orden en que se produjo la creación:
·    El reino mineral - incluido el aire, el firmamento, la tierra, el mar y todo lo demás.
·    El reino vegetal - dependiente del reino mineral.
·    El reino animal - dependiente del reino vegetal que sostiene la vida de los animales.
·     Por último, Dios creó al hombre para que gobernara toda su creación.
El propósito de Dios en la creación fue revelarse al hombre, creando para él un mundo hermoso y dándoselo para que lo disfrutara y dominara. Después que creó el mundo, Dios preparó de manera especial el huerto del Edén para el hombre. En el huerto no había degradación, ni dolor, ni falta de nada, sino sólo abundancia. Este ha sido el deseo y propósito de Dios desde el principio para el matrimonio pero debido al egoísmo y arrogancia de satanás de querer ser como Dios, el adversario uso la misma táctica que lo hizo caer a él uso su egoísmo, su envidia no podía permitir que esa nueva creación inferior considerada inferior y creada a semejanza disfrutara esa comunión y prosperidad absoluta (espíritu, alma y cuerpo) que el por su pecado ya nunca poseería, lleno de odio para su creación decidió tentar a Adán y Eva en el Edén para destruir esa relación, unión, comunión con Dios.     
Pero cuando Adán y Eva pecaron, fueron expulsados del huerto y comenzaron a experimentar la maldición y la muerte espiritual. Después, Dios envió a Jesucristo para hacer expiación por el pecado del hombre, a fin de que todos los seres humanos pudieran nacer de nuevo a través de la sangre de Jesucristo. Así, pues, para salvar al hombre, Dios preparó el sufrimiento de la cruz, en la cual se cumplió su propósito de redención. Sólo los que han nacido de Dios a través de Jesucristo pueden cumplir en realidad el propósito de Dios en su creación (Juan 1: 1-18; 1 Pedro 1: 3). Como dijimos, Dios creó todas las cosas para el hombre, y a pesar de que el hombre pecó y fue expulsado del huerto, de una situación de falla y derrota, Dios en su completa Soberanía ya tenía un propósito planeado para su creación, fue así como Dios decidió enviar a su Hijo Amado Jesucristo para que sufriera en la cruz y restaurara así el legítimo lugar y autoridad que Dios había delegado al hombre de Dios en el Génesis. Los incrédulos ponen su confianza en todas las cosas imperfectas y perecederas de este mundo que llegan a su fin con el tiempo; pero nosotros, que hemos conocido el propósito de la creación de Dios a través de la gracia de Jesucristo, confiamos sólo en nuestro Dios, el Creador. El rey David lo reconoció así en Salmo 20: 7: “Estos confían en carros, y aquellos en caballos, más nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria”. Este buen Dios derrama su gracia y su amor sobre los que confían sólo en Él. Dios bendice con todas las cosas a los que han puesto su confianza en Él, a los que buscan su reino y desean hacer su voluntad (Mateo 6: 33). Muchas personas, en especial los no creyentes de mediana edad, viven con temores, dudas y sin ninguna esperanza al desconocer todavía el significado de su existencia. Han luchado día y noche con muchas metas para lograr una vida mejor, pero aun después de alcanzarla no pueden sentir sino un vacío al tratar de responder la pregunta: “¿Cuál es, después de todo, el verdadero significado de la vida?” Bienaventurado el hombre que ha encontrado el significado y propósito de su existencia. ¿Cuál es el propósito y significado de la creación del hombre? En primer lugar, Dios creó al hombre para su gloria (Isaías 43: 7). Cuando Dios creó a Adán, quiso recibir gloria a través de él. Dios deseaba que Adán lo adorara, lo alabara y lo glorificara por las bendiciones que le había concedido. Este propósito se sigue manteniendo hoy. La responsabilidad fundamental del hombre es adorar, alabar y glorificar a Dios. El apóstol Pablo enseñó a los creyentes de Tesalónica: Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.  1 Tesalonicenses 5: 16-18


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